Situación de la población migrante en Perú

Desde hace algunos años, y debido a la crisis política y social en Venezuela, Perú ha recibido un flujo constante de migrantes por las políticas y facilidades otorgadas en un inicio. Como resultado, el Perú es el segundo receptor de la migración de venezolanos en la región, luego de Colombia (según datos de R4V.info).  Ello se ha expresado, en el país, en un influjo migratorio exponencial en los últimos 4 años.

El censo del año 2017 llevado a cabo por el INEI, contó una población de 60 mil migrantes provenientes de Venezuela. El siguiente año, la misma institución estimó la entrada de más de 600,000 venezolanos, de los cuales alrededor del 96% se concentraba en Lima y Callao. La cifra ha continuado en aumento hasta la fecha y para fines del 2021, Naciones Unidas estima el ingreso de 1.29 millones de personas al país.

Un artículo que sintetiza datos de la Encuesta sobre las Condiciones de Vida de la Población Venezolana que reside en Perú (ENPOVE) de fines del 2018, muestra algunos aspectos particulares de la composición demográfica de la población migrante: por ejemplo, casi tres cuartas partes de la población está compuesta por personas entre 18 y 44 años, mientras que para la población nacida en el Perú, la cifra es del 40%. Asimismo, existe una menor proporción de personas adultas mayores (1.6% vs. 12%) y de personas menores de cinco años (7.9% vs. 10.5%).

Un artículo que sintetiza datos de la Encuesta sobre las Condiciones de Vida de la Población Venezolana que reside en Perú (ENPOVE) de fines del 2018, muestra algunos aspectos particulares de la composición demográfica de la población migrante: por ejemplo, casi tres cuartas partes de la población está compuesta por personas entre 18 y 44 años, mientras que para la población nacida en el Perú, la cifra es del 40%. Asimismo, existe una menor proporción de personas adultas mayores (1.6% vs. 12%) y de personas menores de cinco años (7.9% vs. 10.5%). 

En relación a la salud, materia principal de OPEMS, se reportó que el 11% de la población tenía algún tipo de problema de salud crónico, pero ocho de cada diez manifestaron no recibir ningún tratamiento para su dolencia. Además, siendo el acceso al sistema de salud limitado en aquellas personas con algún problema de inicio reciente: solo el 20% de personas acudieron a un centro de salud público; el resto, o se auto-medicó o acudió a alguna farmacia. Así mismo, la información sobre enfermedades no transmisibles, accidentes y otras enfermedades transmisibles de alta prevalencia (como tuberculosis), es escasa.  Aunque la información sobre salud sexual y reproductiva es, igualmente, escasa, un reporte realizado por CARE Perú, destaca algunas brechas en la atención: Solo el 27% de mujeres migrantes de más de 15 años participante en las encuestas, había recibido algún servicio de salud sexual y reproductiva.  El 67% no había accedido a los servicios y  7% no conocía de su existencia.  Por otra parte, un diagnóstico sobre migrantes con VIH  muestra que, si bien el sistema de salud público incorpora a los migrantes para que reciban tratamiento, existen algunas barreras  que afectan su acceso al sistema de salud (por ej. gasto de bolsillo, ingreso al SIS).

Las barreras que afectan este acceso son transversales a toda la población, pero a esta se les suman situaciones más prevalentes en la población migrante: experiencias de xenofobia dentro y fuera de los servicios de salud, explotación laboral, pobreza extrema, entre otras.  Estas brechas se aúnan además a aquellas que se visibilizaron con la pandemia de COVID 19, además de todo lo que concierne a salud mental y violencia de género.

Por lo tanto, podemos decir que, a pesar de los esfuerzos desplegados para atender a la población migrante, el desarrollo de una respuesta integral en salud requiere una información oportuna, consolidada y accesible. Ello permite la identificación de brechas, necesidades poblacionales específicas o tendencias de determinadas enfermedades.

Por lo tanto, podemos decir que, a pesar de los esfuerzos desplegados para atender a la población migrante,  el desarrollo de una respuesta integral en salud requiere una información oportuna, consolidada y accesible. Ello permite la identificación de brechas, necesidades poblacionales específicas o tendencias de determinadas enfermedades.

El tamaño poblacional, las diferencias demográficas previamente descritas, sumadas a las condiciones de marginación, falta de acceso a servicios básicos o pobreza, demanda que se monitoree a la población migrante como grupo de especial protección. OPEMS aspira a ser una herramienta para esta tarea.